lunes, 7 de mayo de 2012

Se debe defender la heredad de principios republicanos

En la celebración de los 200 años de la designación de Valencia como capital de la República, el historiador David Ruiz Chataing hizo una exhortación en la Casa de la Estrella para que los venezolanos sigamos el ejemplo del prócer carabobeño Miguel José Sanz para defender la heredad de los principios republicanos, en momentos en que “tenemos peligrosísimas amenazas provenientes de la autocracia y del totalitarismo”.
Durante la presentación de la biografía del prócer valenciano, editada por publicaciones de El Nacional, Ruiz Chataing consideró que la República está cimentada en la soberanía popular, la división de poderes, la autoridad de la ley, la garantía de los derechos humanos y la libertad de expresión.
Miguel José Sanz, nacido en Valencia en 1756, destacó como un erudito en diversas especialidades. Después de ocupar altos cargos en la administración pública, participó como un revolucionario en las luchas por la Independencia hasta 1814, cuando fue muerto a cuchillo, posiblemente en la Batalla de Urica.
Antes de la presentación del libro, la Academia de la Historia de Carabobo tuvo un foro para celebrar los 200 años de la primera vez que Valencia fue declarada capital de la República.
En 1812, el Congreso se trasladó a Valencia y declaró a esta ciudad capital de la República para celebrar sus sesiones, que duraron poco tiempo por el terremoto de Caracas y por la invasión, que hizo Monteverde con el ejército español.
El historiador Rafael Pinto Prada destacó que con este foro, la Academia de la Historia ha querido resaltar momentos históricos en Valencia como fue la pérdida de la Primera República, que aunque fue un fracaso es una experiencia para consolidar la lucha por la Independencia.
Enrique Mandry, presidente de la Academia de la Historia de Carabobo, presentó una ponencia sobre la vida cotidiana en Valencia en los primeros años del siglo XIX. Basado en actas del cabildo valenciano, Mandry ofreció detalles sobre la educación, la vida social, la situación del río Cabriales, el agua potable y hasta dio a conocer la receta de una famosa tortilla que hacía un sacerdote de apellido Narvarte.
El general Eumenes Fuguet Borregales hizo una enjundiosa exposición, acerca de la actuación de Miranda en Valencia. (AF)

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