La política y el fisco
Orlando Ochoa
Estudios recientes explican que una causa importante
de la propensión a aumentar el gasto y empleo público en naciones en
desarrollo dotadas de valiosos recursos naturales como el petróleo, es
el “incentivo político” a usar los ingresos generados para tratar de
influir en los resultados de las elecciones, o como un medio de
conseguir apoyo popular en naciones donde prevalecen regímenes políticos
no democráticos. Este incentivo político en democracia, hacia el
clientelismo, tiene como resultado una propensión a la “ineficiente
asignación de recursos en la economía” y al endeudamiento público más
allá de los límites razonables.
La documentación disponible sobre Nigeria, Argelia,
Arabia Saudita y Venezuela, entre otros países, sobre políticas
gubernamentales, programas de inversión pública y resultados
económicos durante períodos de bonanza petrolera, le da sustento a la
idea de las “fundaciones políticas” de las adversas distorsiones
económicas en países con abundantes recursos naturales. Es en la
política y calidad de las instituciones políticas y económicas donde se
resuelve el problema de los excesos de gasto público y endeudamiento.
Hay nuevas investigaciones que indican que en las
economías con abundancia de recursos naturales las “diferencias en la
calidad de las instituciones” determinan buenos o malos resultados en el
crecimiento económico. Los autores, sin embargo, enfatizan la
importancia de examinar “la interacción entre el surgimiento de los
recursos naturales y las instituciones” para así evaluar si, como
afirman los economistas escandinavos, las instituciones fuertes reducen
el comportamiento rentista y por lo tanto evitan el daño al crecimiento
económico. Ese fue el caso de Venezuela con el surgimiento del petróleo
con principal actividad económica a partir de 1925-28, con la previa
reorganización del Ministerio de Hacienda por Román Cárdenas (1913-22).
El resultado fue 50 años de orden fiscal y baja inflación. El actual
gobierno nos ha llevado al otro extremo, el mayor desorden fiscal y
récord de deuda pública sobre los $ 200.000
millones, con la más alta inflación de las economías emergentes. www.el-carabobeno.com
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