Gerencia en Acción / Los valores organizacionales
Chichí Páez
@genaccion
El trabajo ha sido un elemento clave en el
desarrollo del ser humano, porque ha requerido organización,
planificación y esfuerzo.
En la actualidad, trabajar y producir de manera
coordinada con otros es una necesidad crucial, de ahí el surgimiento de
la organización laboral.
Así como la vida social se enmarca en patrones
culturales que permiten el desarrollo de las personas, las
organizaciones cuentan con su cultura. Ésta debería facilitar la
integración y el crecimiento de sus miembros. Su grado de solidez
demuestra la madurez de la misma.
La cultura organizacional es la base para la
identidad y el entendimiento de sus integrantes. Permite valorar y
jerarquizar las diferentes situaciones que el entorno presenta para
darles respuestas adecuadas y coherentes. Proporciona capacidad para
actuar de manera estratégica y eficiente.
Al hablar de cultura en una organización hay que
hacer referencias a patrones de conducta específicos que pueden
reconocerse, transmitirse y apropiarse. Es el conjunto de valores
utilizados para ordenar la relación entre sus miembros.
La cultura de una organización no está presente
desde su inicio, sino que se forma gradualmente, y se consolida con la
coherencia y la consistencia entre lo que dicen y hacen sus miembros.
Esta es una condición indispensable para que la cultura pueda
transmitirse a los nuevos integrantes y preservar los principios. Pero
para poder transmitir un valor hay que profesarlo y ponerlo en práctica.
De eso depende su credibilidad.
El buen o mal funcionamiento de la organización está
determinado por la solidez de sus valores, los cuales funcionan como
una especie de sistema operativo que indica la forma adecuada para
solucionar necesidades, y permite asignarle prioridad a cada una.
Proporcionan un sentido de dirección común para todos los miembros y
establecen directrices para su compromiso diario.
Los valores también inspiran la razón de ser de cada
organización. Los fundadores deberían hacerlos explícitos desde su
inicio, así se comunicaría mejor cuál es el sistema de valores de la
empresa. Lo que a su vez permite que existan criterios unificados que
compacten y fortalezcan los intereses de todos.
La compatibilidad de los valores personales con los
valores organizacionales conlleva a una alta satisfacción personal con
el trabajo. Los objetivos de la organización y los de sus miembros
cobran mayor significado e importancia.
Si ambos tipos de valores se distancian, la cultura
de la organización se debilita y sus miembros comienzan a sentirse
desintegrados.
El sistema educativo, garantiza la adquisición de
conocimientos, el ser obediente y cumplidor, el adquirir una serie de
cualidades que eran necesarias para otro siglo, que se requerían para
nutrir de mano de obra a las fábricas del siglo pasado. Sí, ese mismo
siglo que terminó hace 12 años.
Ahora, las empresas, valoran mucho más otro tipo de
habilidades. Valoran más aquellas personas con Inteligencia Social e
Inteligencia Intrapersonal.
Se mencionan a continuación las habilidades sociales
más valoradas por las empresas a la hora de incorporar personal a sus
nóminas.
- La capacidad para relacionarse con las
circunstancias, (el no amedrentarse ante los problemas, el ver
soluciones, o tener una buena disposición para buscarlas).
- La capacidad para trabajar en equipo, (la empresa
exitosa es la que consigue que los distintos grupos encajen a la
perfección mediante un trabajo colaborativo).
- La capacidad de comunicación (donde comunicar es intentar comprender primero y luego saber transmitir).
- La flexibilidad (tener una mente abierta, capaz de adaptación a nuevas metas y nuevos proyectos).
- La empatía (la capacidad de ponernos en el lugar del otro). El optimismo (ver siempre el lado bueno de las circunstancias) .
- La confianza individual y en las capacidades para crecer, progresar y afrontar los retos.
- La capacidad de asumir retos y responsabilidades
(lo contrario al miedo al error, que paraliza) Asumir riesgos con
responsabilidad.
El compromiso con la empresa.
La vocación de servicio.
-La capacidad de concebir y adoptar decisiones, el ser proactivo. El espíritu emprendedor.
Y si se habla de personal directivo, hay otras habilidades añadidas que es necesario mencionar:
Capacidad de liderazgo: (ya no va el antiguo: ordeno y mando).
Un buen líder es aquél que es capaz de conseguir que
las personas a su cargo estén deseando hacer aquello que la empresa
necesita.
Capacidad para motivar, para impulsar a su equipo a dar lo mejor de sí mismo.
Muchas de las ideas y conceptos expresados en este
escrito con algunas modificaciones y actualizaciones fueron tomadas del
libro: “Valor de los valores en las organizaciones” de Juan J. Jiménez y
del escrito suministrado por el Prof. Marcos Trujillo. www.el-carabobeno.com