domingo, 26 de febrero de 2012

El trabajo colaborativo en equipo es garantía de cambio

El trabajo colaborativo en equipo es garantía de cambio
 Chichí Páez
“El futuro no es un lugar al que estamos dirigiéndonos, sino uno que estamos creando. No debemos encontrar caminos, sino trazarlos, y la acción de hacerlo cambia tanto al hacedor como al destino” J. Schaar
En el mundo de hoy, ante un medio ambiente complejo, y cambiante, es necesario que las organizaciones sean flexibles y se adapten a él de una manera efectiva (Charles Darwin: “Sólo los mejores adaptados sobrevivirán”).
En este proceso de adaptación constante, el trabajo colaborativo en equipo juega un papel importante, ya que permite la interacción de sus miembros a través del intercambio de conocimiento, habilidades y demás dones, creando una sinergia positiva con el consiguiente incremento de la productividad y la satisfacción grupal e individual, siendo de menester el partir de una realidad indiscutible: co-laborar es “trabajar en conjunto”.
Se toma en cuenta el papel de los conjuntos humanos en las organizaciones; en especial, de los equipos autónomos de alto rendimiento, de la influencia de la comunicación persuasiva, del liderazgo compartido y del poder en el desempeño de la actuación tanto de los integrantes de los equipos (desde lo individual, desde la óptica de “ente ligado al conjunto”), como del equipo como tal.
Por medio del trabajo colaborativo de los equipos se minimiza el conflicto organizacional, se reafirman los principios y valores del credo organizacional y la gestión del cambio relacionado con estos grupos humanos. Bien lo dice un adagio de la sabiduría popular: “Cuando lo hacemos juntos, lo hacemos mejor y más inteligentemente”.
El objetivo de sobrevivencia organizacional es satisfacer las expectativas razonables de sus clientes, tanto internos como externos, incluyendo la satisfacción de todos los que están comprometidos con los procesos de gestión de las mismas -aliados: financistas, asesores, contralores externos, etc.- y generando utilidades atractivas que permiten el crecimiento de la organización. Todas estas consideraciones toman el factor humano como el componente indispensable para garantizar la consecución del cambio deseado.
Dentro de toda organización humana existen componentes de su cultura que dificultan el trabajo colaborativo y aún más el trabajo en equipo, pues no todo trabajo en equipo es siempre colaborativo (a veces, no se da así), pero todo trabajo colaborativo se da cuando la filosofía de equipo se hace realidad. Entre los componentes que dificultan este logro figuran los siguientes: el individualismo, la competencia, la improvisación, la desintegración, la soberbia y el desinterés y, por el contrario, hay otros que lo facilitan, como por ejemplo: la buena comunicación, compartir ideas, habilidades y conocimientos, la humildad, el espíritu de colaboración, la apertura y la flexibilidad.
Al sembrar semillas en una tierra que no es fértil, seguramente ellas no brotarán y este esfuerzo habrá sido en vano. Lo mismo ocurriría si se intenta introducir cambios en un entorno y éstos estuviesen en contra de ciertas normas de la cultura de dicho ámbito. Por esa razón, si espera que la propuesta de “trabajar en equipo” tenga posibilidades de éxito en cualquier escenario, antes se deben lograr ciertos cambios culturales. Ahora bien, si se afirma que la cultura de una organización puede compararse con la personalidad de un individuo, hay que pensar qué tan difícil resultará cambiarla.
Para garantizar la consecución del cambio por medio del trabajo en equipo, se tiene que implementar el aprendizaje colaborativo, que en líneas generales puede ser considerado como una metodología de enseñanza y de realización de la actitud humana basada en la creencia que el aprendizaje y la actividad cotidiana se incrementan cuando se desarrollan competencias colaborativas para aprender y solucionar conflictos y problemas.
El trabajo colaborativo posee una serie de características que lo diferencian del trabajo “en grupo” y de otras modalidades de la organización grupal; entre las que se pueden mencionar figuran las siguientes: se encuentra basado en una fuerte relación de interdependencia de los diferentes miembros que conforman al conjunto humano, de manera que el alcance final de las metas concierna a todos los integrantes; hay una clara responsabilidad individual de cada miembro del equipo para el alcance de la meta final; la formación de los conjuntos en el trabajo colaborativo es heterogénea en habilidad, características de los miembros; existe interdependencia positiva entre las integrantes del equipo y esto exige a los participantes: competencias comunicativas, relaciones simétricas y recíprocas, además del deseo de compartir la resolución de las responsabilidades asumidas (adoptadas: hechas “propias”), persiguiéndose el logro de objetivos a través de la realización (individual y conjunta) de tareas. En oposición, en el aprendizaje tradicional de grupos éstos son más homogéneos; todos los miembros tienen asignada su parte de responsabilidad para la ejecución de las acciones en el grupo (sin que esto signifique que siempre sea asumida); de lo anterior deviene que la responsabilidad de cada miembro del grupo es compartida y la responsabilidad termina estando diluida, dispersa.
Lo significativo en el trabajo colaborativo (característico de los equipos autónomos y de alto desempeño) no es la simple existencia de interacción e intercambio de información entre los integrantes, sino su naturaleza. Gestionando este tipo de trabajo se puede garantizar la consecución exitosa de los cambios deseados y planificados.
Dirección-E: gerenciaenaccionve@gmail.com
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