domingo, 12 de agosto de 2012

Gerencia en Acción / Los valores organizacionales

Gerencia en Acción / Los valores organizacionales
 Chichí Páez
@genaccion
El trabajo ha sido un elemento clave en el desarrollo del ser humano, porque ha requerido organización, planificación y esfuerzo. 
En la actualidad, trabajar y producir de manera coordinada con otros es una necesidad crucial, de ahí el surgimiento de la organización laboral. 
Así como la vida social se enmarca en patrones culturales que permiten el desarrollo de las personas, las organizaciones cuentan con su cultura. Ésta debería facilitar la integración y el crecimiento de sus miembros. Su grado de solidez demuestra la madurez de la misma. 
La cultura organizacional es la base para la identidad y el entendimiento de sus integrantes. Permite valorar y jerarquizar las diferentes situaciones que el entorno presenta para darles respuestas adecuadas y coherentes. Proporciona capacidad para actuar de manera estratégica y eficiente. 
Al hablar de cultura en una organización hay que hacer referencias a patrones de conducta específicos que pueden reconocerse, transmitirse y apropiarse. Es el conjunto de valores utilizados para ordenar la relación entre sus miembros. 
La cultura de una organización no está presente desde su inicio, sino que se forma gradualmente, y se consolida con la coherencia y la consistencia entre lo que dicen y hacen sus miembros. Esta es una condición indispensable para que la cultura pueda transmitirse a los nuevos integrantes y preservar los principios. Pero para poder transmitir un valor hay que profesarlo y ponerlo en práctica. De eso depende su credibilidad. 
El buen o mal funcionamiento de la organización está determinado por la solidez de sus valores, los cuales funcionan como una especie de sistema operativo que indica la forma adecuada para solucionar necesidades, y permite asignarle prioridad a cada una. Proporcionan un sentido de dirección común para todos los miembros y establecen directrices para su compromiso diario. 
Los valores también inspiran la razón de ser de cada organización. Los fundadores deberían hacerlos explícitos desde su inicio, así se comunicaría mejor cuál es el sistema de valores de la empresa. Lo que a su vez permite que existan criterios unificados que compacten y fortalezcan los intereses de todos. 
La compatibilidad de los valores personales con los valores organizacionales conlleva a una alta satisfacción personal con el trabajo. Los objetivos de la organización y los de sus miembros cobran mayor significado e importancia. 
Si ambos tipos de valores se distancian, la cultura de la organización se debilita y sus miembros comienzan a sentirse desintegrados. 
El sistema educativo, garantiza  la adquisición de conocimientos, el ser obediente y cumplidor, el adquirir una serie de cualidades que eran necesarias para otro siglo, que se requerían para nutrir de mano de obra a las fábricas del siglo pasado. Sí, ese mismo siglo que terminó hace 12 años. 
Ahora, las empresas, valoran mucho más otro tipo de habilidades. Valoran más  aquellas personas con Inteligencia Social e Inteligencia Intrapersonal. 
Se mencionan a continuación las habilidades sociales más valoradas por las empresas a la hora de incorporar personal a sus nóminas.
- La capacidad para relacionarse con las circunstancias, (el no amedrentarse ante los problemas, el ver soluciones, o tener una buena disposición para buscarlas).
- La capacidad para trabajar en equipo, (la empresa exitosa es la que consigue que los distintos grupos encajen a la perfección mediante un trabajo colaborativo).
- La capacidad de comunicación (donde comunicar es intentar comprender primero y luego saber transmitir).
- La flexibilidad (tener una mente abierta, capaz de adaptación a nuevas metas y nuevos proyectos).
- La empatía (la capacidad de ponernos en el lugar del otro). El optimismo (ver siempre el lado bueno de las circunstancias) .
- La confianza individual y en las capacidades para crecer, progresar y afrontar los retos.
- La capacidad de asumir retos y responsabilidades (lo contrario al miedo al error, que paraliza) Asumir riesgos con responsabilidad.
El compromiso con la empresa. 
La vocación de servicio. 
-La capacidad de concebir y adoptar decisiones, el ser proactivo. El espíritu emprendedor.
Y si se habla de personal directivo, hay otras habilidades añadidas que es necesario mencionar:
Capacidad de liderazgo: (ya no va el antiguo: ordeno y mando).
Un buen líder es aquél que es capaz de conseguir que las personas a su cargo estén deseando hacer aquello que la empresa necesita. 
Capacidad para motivar, para impulsar a su equipo a dar lo mejor de sí mismo. 
Muchas de las ideas y conceptos expresados en este escrito con algunas modificaciones y actualizaciones  fueron tomadas del libro: “Valor de los valores en las organizaciones” de Juan J. Jiménez y del escrito suministrado por el Prof. Marcos Trujillo. www.el-carabobeno.com

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